En muchos de los casos las condiciones económicas de estas
familias no son óptimas pues el tener a un familiar con cáncer implica correr
con gastos sumamente amplios, sin contar que los ingresos deben cubrir también
el alimento, vivienda y vestido del resto de la familia.
Estos apuros son quienes ponen en un dilema ya sea a la madre o al padre
y muchas de las veces uno de los dos abandona el hogar, pues no soportan más la
presión a la que están sometidos día tras día. Lo que sucede es que el paciente
ingresa a un estado de depresión, en el que siente que es culpable de todo lo
malo que sucede a su alrededor, obviamente esto desacelerará el proceso de
recuperación, pues no son capaces de resistir a varios procesos como la
quimioterapia en los que su fuerza es puesta a prueba.
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